miércoles, 13 de mayo de 2015

Viaje fantástico del gran Piscator de Salamanca, de Diego de Torres Villarroel, edicíones recuperadas de Clásicos.

Viaje fantástico del gran Piscator de Salamanca
Diego de Torres Villarroel
Editorial Libros Mablaz 
Disponible en la Web editorial, pinchando enViaje fantástico del gran Piscator de Salamanca
ISBN: 978-84-943276-1-2 
Páginas:186
  
Todos los títulos de la colección de Clásicos Españoles  pinchando en la pestaña de la cabecera: Ediciones recuperadas de Clásicos
Historia Verdadera, el Clásico que narra el primer viaje a la luna.
El Quijote en la Guerra, Fantasía que pudo ser Historia.  

Viaje fantástico del gran Piscator de Salamanca.
Viaje de un filósofo a Selenópolis.
La piedra Filosofal.

Mañana o la Chispa eléctrica.
La Editorial Libros Mablaz ha publicado su segunda reimpresión de un libro clásico de ciencia ficción. Se trata de Viaje fantástico del gran Piscator de Salamanca, de Diego de Torres Villarroel (LM-41), un viaje a la Luna ideado en el año 1724.


Viaje fantástico del gran Piscator de Salamanca.

un clásico recuperado en edición de Ricardo Muñoz Fajardo, de Editorial Libros Mablaz.


Viaje fantástico del gran Piscator de Salamanca de Diego Torres Villaroel, año 1724.

Prólogo al que ahora leyere, en este año de 2015, doscientos ochenta y nueve años después de escrita la obra original.

Tienen que perdonar mi forma de titular este prólogo de la edición del año 2015, la que efectúa la editorial Libros Mablaz, que recoge la fórmula utilizada por Diego de Torres Villarroel, el autor del Viaje Fantástico del Gran Piscator de Salamanca, escrita en el año 1724.

Además de Luciano y Maldonado, Johannes Kepler, el famoso astrónomo, escribió la que muchos consideran la primera novela de ciencia ficción, Somnium o La astronomía de la Luna (1634), aunque esta afirmación es desconsiderar las ficciones escritas con anterioridad a Somnium.
Cuatro años después, John Wilkins publicó El descubrimiento de un mundo en la Luna y Cyrano de Bergerac –que es un personaje real en cuya vida se basó la obra teatral de 1897 del autor francés Edmond Rostand, varias veces versionada en el cine-, hace lo propio en el año 1656 con su Historia cómica de los Estados e imperios de la Luna.
Y, por fin, viene el Viaje Fantástico del Gran Piscator de Salamanca, sesenta y ocho años después, y la Luna pareció pasar de moda como destino de viajes imaginados, aunque jamás quedó en desuso, muy fortalecida por la incursión espacial en nuestro satélite de los libros Julio Verne, en el siglo XIX, y de las primeras películas de ese nuevo arte que causó furor en la siguiente centuria, el cine.
Aun así, la importancia de los tránsitos oníricos o viajeros a la Luna en el principio de la protociencia ficción es innegable. Ejemplos ya hemos indicado algunos, prácticamente todos los que existen, y entre los albores de la ficción imaginativa y su primer apogeo, situado en las tres o cuatro décadas del siglo XIX, con la irrupción de autores de prestigio, como es el caso del citado Verne o el también archiconocido H.G. Wells.

Ricardo Muñoz Fajardo.


Augusto Uribe, en su web, le dedica un interesante artículo a esta obra.
Augusto Uribe, Viaje fantástico del gran Piscator de Salamanca.

DOS SIGLOS MÁS TARDE LE SIGUIÓ
EL GRAN PISCATOR DE SALAMANCA

El segundo viaje español a la Luna, el que se ha venido tomando por el primero, aunque sólo fue el primero escrito en castellano, estuvo retrasado respecto a su tiempo, tanto en la forma de llevarse a cabo como en su concepción del universo y las ideas que la sustentaban.

En cuanto a la forma de llevarse a cabo porque es sólo un sueño, cuando ya un siglo antes, y como ya he comentado, Francis Godwin, en The Man in the Moone (1638), había hecho volar hasta nuestro satélite desde la isla de Tenerife a Domingo González en un asiento remolcado por gansas, e incluso Daniel De Foe había hecho llegar a la luna una máquina voladora, el Consolidator, en l narración que lleva ese nombre (1705). Para nuestro autor el sueño es un recurso fácil y no necesita más.

En cuanto a la concepción del universo porque ya Copérnico había hecho saber que su centro era el sol, y no la Tierra, y, en cuanto a las ideas que la sustentaban, porque ya Kepler había escrito también su viaje a la luna, su Somnium (1634) —para algunos la primera obra de ciencia ficción de la historia—, precisamente para negar que la Tierra fuera un astro impar en los cielos y afirmar, por el contrario, que era de naturaleza estelar, como la luna lo era de naturaleza terrenal. Esto significaba que la Tierra no era la única morada posible del hombre, como lo probaría la existencia de otros mundos habitados. Kepler no especula sobre la habitabilidad de la luna, dice sencillamente que está habitada, lo que supone un paso adelante sobre las elucubraciones anteriores, que partían de una postura religiosa tomada de antemano y sólo pretendían justificarla, ignorando los conocimientos científicos que pudieran aportar datos en contra.

Como era de temer, otros no razonaron tan bien y se revolvieron contra él con los últimos coletazos que surgen indefectiblemente antes de que se imponga una idea de progreso, sea del orden que sea. Así hizo Kircher, con su Itinerarium Extaticum (1659), la postrera gran defensa de la teoría tolemaica del universo, subordinando la ciencia a una obtusa interpretación literal de la Biblia, en el pasaje que tanto complicó la vida a Galileo: «Detente, sol, en Gabaón, y tú, luna, en el valle de Ayyalón. Y el sol se detuvo y la luna se paró» (Josué 10, 12-13). Y suponiendo cierta, asimismo, la afirmación de Aristóteles de que el mundo sublunar está corrompido y es sustancialmente distinto del celestial de la pureza, aseveración grata a quienes concebían la humanidad como una masa damnata por el pecado original. Kircher visita otros planetas y el sol mismo, que gira alrededor de la Tierra, por supuesto, y los encuentra habitados, mas no por seres humanos [1].

Las dos obras, el Somnium en negativo y el Itinerarium en positivo, son las que tiene en cuenta bastante después —y, como Maldonado, en ocasión de un eclipse— Diego Torres de Villarroel para escribir el Viaje fantástico del Gran Piscator de Salamanca. Jornadas por uno y otro mundo, descubrimiento de sus substancias, generaciones y producciones. Ciencia, juycio y congetura de el eclypse de el día 22 de mayo de este presente año de 1724 (de el qual han escrito los Astrólogos del Norte), etc., por su autor, el bachiller Don Diego de Torres, Profesor de Filosofía y Matemáticas, substituto a la cátedra de Astronomía de Salamanca. La primera edición del libro, de 110 páginas de un tamaño de 19x14 cm., no indica el nombre del editor ni el año y lugar en que se imprimió, mas la dedicatoria y la censura llevan fecha de 5 de agosto de 1724, la licencia de 14 de agosto y la «tassa» de 20 de octubre de ese mismo año, las tres últimas en Madrid.

Un día en que el autor ha leído justamente el citado Camino extático de Kirquerio [2] y las novedades de la Gazeta sobre el eclipse de sol del 22 de mayo de 1724, se queda dormido y recibe en sueños la visita de unos amigos con los que parte para un viaje que se desarrolla en cuatro jornadas de camino y una de reflexión, que sirven de pretexto al autor para proporcionar una serie de explicaciones físicas y astronómicas. La primera jornada se dedica al mundo subterráneo; la segunda a la superficie de la Tierra, mares y ríos; la tercera al ayre, el fuego y la lluvia, y en la cuarta se asciende hasta los espacios, empezando por la luna, que está deshabitada.

    «Con pasos más azelerados que los que llevaran mis amigos quando caminaban por las entrañas cercanas al infierno, llegaron al vasto mundo de la Luna. Allí empezamos a discurrir por sus montes, valles, y llanadas, no vimos ni en los más ocultos rincones aquellos vivientes que dixo Pytagoras, con que tuvimos por apócrifa la opinión de su Escuela. Ni vimos monstruo alguno, solo pudimos percibir que era un globo muy parecido al de la Tierra en lo desigual y escabroso.»

A pesar de que Villarroel arranca de un eclipse y explica correctamente que los de sol se producen cuando la luna se interpone entre este astro y la Tierra, su teoría es todavía la ya superada tolemaica. Supone la Tierra en el centro del universo, rodeada por las once esferas clásicas, la del ayre, la del fuego, la de la luna, de Mercurio, Venus, el Sol (su posición normal en la teoría geocéntrica), Marte, Júpiter, Saturno (en esta novena esfera estuvieron las aguas del Diluvio hasta que el Señor las hizo caer sobre la Tierra), el cielo o firmamento y, finalmente, en onceno lugar, el Empyreo, la ciudad de Dios y de los bienaventurados, como dice Ptolomeo, «el príncipe de los astrólogos». El autor, en fin, proporciona farragosas explicaciones astronómicas.

Diego Torres de Villarroel nació en Salamanca en 1694, de una estirpe de libreros. Estudió en su ciudad natal y, a los 19 años, marchó a Portugal. Si nos atenemos a sus biógrafos rigurosos, llevó allí una existencia normal y corriente, pero, si hacemos caso a su Vida, fue criado de ermitaño en Trasosmontes, médico, guitarrista y danzante en Coimbra, soldado en Oporto y torero en Lisboa. Esta autobiografía, estas memorias que tituló Vida, ascendencia, nacimiento, crianza y aventuras del Doctor Don Diego Torres Villarroel (Madrid, 1743), están dedicadas a su propia alabanza y responden a su irrefrenable deseo de hablar de sí mismo.

A su regreso a España se enfrascó en la lectura de libros que le apasionaban, sobre astrología y matemáticas, mas pronto, a raíz de su intervención en una disputa entre jesuitas y dominicos, fue encarcelado, primero, y hubo de regresar a Madrid, después, donde en 1721 inició la publicación de sus Almanaques y Pronósticos, que firmó como el Gran Piscator de Salamanca: duraron hasta 1756 y le proporcionaron popularidad y fama de adivino y brujo, pero él nunca se los tomó en serio. Entre innumerables fallos, logró algunos aciertos, como la predicción de la muerte del rey Luis I o, incluso, la Revolución Francesa en el Pronóstico de 1756, esto es, treinta años antes de que tuviera lugar.

En 1726 volvió a Salamanca, en cuya Universidad obtuvo la cátedra de matemáticas, cosa que los alumnos celebraron rindiéndole un homenaje apoteósico, no por su saber, que no era tanto, sino por las simpatías de que gozaba entre ellos. No mucho después, a causa de un lance de honor, tuvo que huir a Francia y en 1732 fue desterrado a Portugal, país en que permaneció otros dos años. En 1745 fue ordenado sacerdote y en 1750 solicitó la jubilación anticipada, que se le concedió un año después; eso le permitió dedicar su tiempo a la literatura y llevar a cabo la labor, insólita para la época, de editar sus obras completas, en 14
tomos, por suscripción popular, lo que da prueba cabal de la extraordinaria popularidad que se ganó a base de hacerse pasar por fantástico. Murió en 1769.

El Viaje fantástico es una obra menor, entre las muchas que produjo, que hay que encuadrar dentro de sus escritos para aleccionar al lector sobre los temas más diversos. No destaca por su valor científico ni por las aventuras que no narra, sino por el aire de polémica y misterio que envuelve a su prolífico autor, poco frecuente en los medios académicos.

Mas en su vida real, Villarroel no fue nada fantástico, sino un burgués acomodado que acertó a sacar pingües beneficios de sus libros, otra cosa bien poco frecuente entonces. Eso explicaría que un tratado elemental de física y astronomía, como éste, lo vistiese de viaje a la luna y de polémica Kepler-Kircher. Quizá sus conocimientos no superaran la teoría geocéntrica y seguro que ésta era más fácil de «vender» que la heliocéntrica en aquella Salamanca. Lo que decía en el artículo anterior sobre paralelismo entre utopía y viaje fantástico no es aplicable a este caso, pues la conexión de esta obra con la utopía es más bien endeble. (Sí, en cambio, encierran algo de «utopía popular» sus Almanaques).

En cuanto a su estilo, aunque el autor manifiesta su solo propósito de exponer claramente sus ideas y su desdén por los aspectos formales del lenguaje, su descuido es sólo fingido. Escribía «con abundancia desaliñada de lengua», dejó dicho de él Menéndez y Pelayo, mas pienso que en realidad su estilo es más cuidado que descuidado, intencionadamente elegido para causar el mayor impacto posible en el lector: como un peinado «despeinado» está meticulosamente elaborado.

NOTAS

1. Estos libros y las ideas religiosas y astronómicas de la época los he tratado largamente en el artículo «Kepler: ciencia y ficción», publicado en el fanzine electrónico Ad Astra nº 6, Barcelona, otoño 1996.

2. Era frecuente castellanizar los nombres propios. A Villarroel sólo le faltó decir Quirquerio, lo que hubiera hecho las delicias de Madariaga, quien, por ejemplo, elogiaba a un embajador de Felipe II en Londres que al conde de Knox le decía en sus cartas conde de Quenoques.

martes, 12 de mayo de 2015

El Colgante. Javier L. García Moreno.

El colgante.
Javier L. García Moreno, pinchar en: Biografía del Autor.
Editorial Libros Mablaz
Disponible en la Web, pinchando en: El Colgante
ISBN: 978-84-943608-7-9
Páginas: 238

Sinopsis:
Todo empezó en una gasolinera de un pueblo perdido del Noroeste de la Región de Murcia. Carlos, un comercial fracasado, abandonado por su mujer, introvertido y de personalidad insegura, encuentra un objeto que le cambia drásticamente la personalidad y el curso de su vida.
A partir de ese momento, se encadenan inquietantes capítulos, donde el lector queda irremisiblemente atrapado en una historia de apasionante intriga, desbordante fantasía, misterio  y de pasiones y venganzas entrecruzadas. La trepidante acción y un sutil toque cómico con el que el autor adorna la trama y cada uno de sus personajes, son otros ingredientes que hacen de la lectura de esta novela una experiencia inolvidable.


Los protagonistas de esta historia no dejan de ser personas normales, arquetipos de la sociedad actual, pero que se ven abocados a caminar por senderos enloquecidos.  Y es que el futuro de toda la humanidad está en sus manos aquel extraño  verano de 2013.


El Colgante es una sorprendente novela, intensa de principio a fin, de elevada calidad literaria y de apasionante lectura, en la que el lector aguantará la respiración a través de sus líneas y sus páginas, hasta alcanzar un delirante e inesperado desenlace, a través de las peripecias de sus protagonistas por escenarios naturales, de  pueblos y ciudades de ese soleado rincón del mundo.


Impresiones
Mari Carmen Lopez:

El colgante.

Una vez más llego a una novela por recomendación o por amistad, la única manera que me atreva en géneros que no suelo leer.

Javier L. García Moreno es un autor novel, si tenemos en cuenta que este es su primer libro, pero… no es su primera incursión en las letras. Relatos, poesía y mucho más han ido curtiéndole a través de varios años ya, hasta llegar a esta novela con una trama adictiva, con varias historias de fondo y “paseando” por un maravilloso paraje como es la región de Murcia.

Tenemos una novela de ciencia ficción, o casi, cuya acción transcurre recorriendo diferentes lugares de Murcia, esa gran desconocida para algunos pero que tengo la suerte de conocer,  y de donde su autor es natal.

Tiene la secuencia narrativa y de acción de los mejores thrillers americanos. Algo poco frecuente cuando hablamos de suspense en autores españoles.

Un colgante es el causante de tan interesante novela, y los poderes que otorga, que nos llevan a extrañas historias que el autor hace creíbles y, a pesar de sus muchos giros, con maestría va encajando las piezas que hacen que esta novela se disfrute de principio a fin y se desee seguir leyendo más trabajos de este autor.

La imagen de portada es una estupenda foto del Mar Menor, de la isla Perdiguera principalmente, a la cual le fuimos dando forma… No podía imaginarme que una imagen tan bella representaría una historia tan compleja, pero sí, ese zapato rojo, ese ojo que hipnotiza, son parte de la historia, ese colgante que cambia la vida del personaje principal y hace que nosotros, a su vez, quedemos hipnotizados leyendo este libro.

En resumen, una buena historia que os invito a descubrir.

No me gusta ahondar en lo que el lector debe disfrutar página a página, solo decir que no os sentiréis defraudados; fantasía, misterio, pasiones y venganzas entrecruzadas, acción trepidante y hasta un toque cómico salpican estas páginas como muy bien nos cuenta su sinopsis.

Encantada de acompañarte. Javier, como parte de la editorial Libros Mablaz, es un placer trabajar con vosotros.

Impresiones Maria José Lopez Perez.
Hipnotizada, como si mi voluntad también hubiera sucumbido ante esta inquietante novela…

Pocas veces, y solo con historias que realmente te atraen, desearías seguir leyendo más… disfrutando páginas y páginas de esa magia en la que te encuentras absorta.
Con este libro me ha ocurrido, se me ha quedado corto y con ansias de continuar metida en esta aventura, ya que yo me hice partícipe como un personaje más.
Atrayente desde la primera página, te sumerge en una historia llena de recorridos misteriosos y una leyenda que resurge para vengarse y tomar posesión de lo que les fue arrebatado.
Como un simple colgante puede influir y someter, con dominante tiranía, a las personas… con un terrible poder, pero a la vez seductor…
No te dejará indiferente… ¿desearías tú poseer ese colgante? ¿con que fin lo utilizarías?... Aún yo me hago esa pregunta.  


Reseña de Yoli MI PASIÓN LOS LIBROS: El Colgante